
Una Verdadera reAmuntada
Maties Oliver | 11 abril 2014
He de confesar que como muchos de los valencianistas que se encontraban en el templo jamás creí en una reAmuntada que el club vendió como si en la ida nada hubiese pasado. El Valencia que necesitaba ganar de más de tres goles, le endosaba una manita al Basilea y accedía a la siguiente ronda de la Europa League.
Los preludios al partido fueron nefastos, el equipo valencianista que desde principio de temporada se marcó como objetivo la conquista del trofeo europeo en Turín, por momentos fue más un sueño que una realidad. Los de Pizzi se clasificaron para cuartos de final venciendo al Ludogorets búlgaro de manera holgada. Hasta ahí todo fue un camino de color de rosa para los
blanquinegros en Europa, los emparejamientos en los sorteos habían favorecido al Valencia y en cuartos el rival no parecía un impedimento hacia la avanzada del imperio valencianista.
Vendieron la piel del oso antes de cazarlo. La euforia inicial tras la eliminación del modesto Ludogorets, aumentó cuando el sorteo deparó al Basilea como rival a batir. Pero pronto se dio el primer trompazo cuando en Liga BBVA, en plena disputa por puestos europeos, el Valencia desperdició dos goles de ventaja frente al Almería y no fue capaz de perforar la red del Valladolid.
La realidad bajaba de las nubes a los aficionados valencianos, pero la mente estaba en Europa. Toda Valencia creyó en el sueño europeo y no importó aparcar el torneo local, total el campeón de la Europa League repite al año siguiente pensaban muchos. Y en Basilea llegó el siguiente guantazo, 3-0 y a volver a casa con la temporada finalizada a principios de abril.
Pero el gen valencianista, ese que tanto tiempo ha estado dormido, que ha vivido tantas glorias no muy lejanas, despertó cual gigante que domina a sus plebeyos. Volvió un gran equipo que se dejó la piel en el campo. Cuya garra y entrega se reflejó en la afición valencianista que no dejó de animar desde el primero de los cinco goles.
Aunque hasta el primer gol todos murmurábamos sin pensar que era posible, Alcàcer abrió el marcador y a su vez los ojos de miles de valencianistas que empezaron a creer en las épicas de Pizzi y los suyos. Cada gol de Paco Alcàcer fue un recuerdo de los grandes delanteros que pasaron por el césped de Mestalla. Waldo, Kempes, el ‘Piojo’ todos estaban en los recuerdos que estaban presentes en una nueva noche histórica.
El conjunto que dominaba Europa a principios del siglo XXI ha vuelto de la forma más grande posible, y lo hace con una afición que hacía mucho que no se subía al carro valencianista en lo que anoche se puede definir como verdadera reAmuntada.
